Zenani Mandela-Dlamini, de 53 años, la hija de Nelson Mandela, símbolo de la lucha contra el apartheid, será la nueva embajadora de Sudáfrica en Argentina, un nombre de prestigio entroncado con la realeza que representará a su país en una capital clave de América del Sur.
La nueva embajadora recibió el lunes oficialmente del gobierno argentino las credenciales de su nuevo cargo. Según su sobrina, Ndelani Mandela, "Zeni", su apodo familiar, ya informó a allegados y empezará a trabajar en septiembre.
Mandela-Dlamini hizo su carrera en el mundo de los negocios, una experiencia que ahora quiere poner al servicio de su país para mejorar el comercio bilateral con Argentina, actualmente de unos 1.300 millones de dólares al año.
Hasta ahora su experiencia política se reducía a representar a su padre en algunos actos de su partido, el Congreso Nacional Africano, como en 1994, cuando apareció con una elegante chaqueta roja y un sombrero negro en el acto de toma de posesión de Mandela como primer presidente negro del país.
Un estilo característico que heredó de su madre, Winnie, y que quizás tenga algo que ver con sus conexiones con la realeza.
A través de la familia Mandela, "Zeni' está en emparentada con la realeza xhosa, uno de los grupos étnicos en Sudáfrica. Y todavía conserva el título real que le dio su ex marido, el príncipe Thumbumuzi Dlamini de Suazilandia, hijo del fallecido rey Sobhuza II y hermano del rey actual, Mswati III.
En Sudáfrica, sin embargo, no todo el mundo ve con buenos ojos su nombramiento y la prensa local denuncia un maniobra política del Congreso Nacional Africano, el partido del presidente actual, Jacob Zuma.
Un análisis que comparte Tom Wheeler, ex embajador sudafricano en Buenos Aires y ex director del servicio extranjero para América Latina.
"Yo mismo soy ex diplomático y creo que no es una buena idea, porque los diplomáticos que han dedicado su vida y su carrera a servir a su país se quedan sin la oportunidad de convertirse en embajadores", explica.
Sin embargo, reconoce que su nombramiento es una manera de halagar a Argentina.
"Me imagino que Argentina se sentirá halagada de tener a una Mandela en su lista diplomática", asegura este investigador de Instituto Sudafricano de Relaciones Internacionales y que considera Buenos Aires una capital clave en la región.
"Hay muchos temas comunes. Los dos somos países del hemisferio sur, economías emergentes, y Argentina se convierte en un país importante, quizás el segundo más importante de América Latina" después de Brasil, explica este experto.
"Creo que la nueva embajadora seguirá en este línea para avanzar en las relaciones" entre ambos países, asegura.
Zenandi Mandela-Dlamini sustituirá a Tony Leon, que habría pedido terminar antes su mandato de cuatro años que empezó en 2009. El nombramiento de Leon, que fue líder del partido opositor Alianza Democrática, también fue en gran parte político.
La nueva embajadora nació en Soweto, cerca Johannesburgo, en 1958, tres meses después de que su madre fuera encarcelada junto a otras 2.000 mujeres por protestar contra las leyes con las que la minoría blanca restringía la circulación de los negros dentro de Sudáfrica.
En sus autobiografia Nelson Mandela explica que decidieron llamarla Zenandi, que significa "¿Qué has traído al mundo?", porque era "un nombre poético, que trae la idea de desafío y sugiere que uno tiene que contribuir con algo a la sociedad".
Su padre fue encarcelado cuando tenía seis años y sólo pudieron volverse a abrazar diez años después.
Zenani fue a la escuela en Sudáfrica, Suazilandia y Estados Unidos, donde vivió con su familia entre 1982 y 1990 con su familia y estudió en la Universidad de Boston.
Convertida en mujer de negocios, la hija de Nelson Mandela está al frente de varias empresas en el campo de la comunicación, el entretenimiento y la consultoría.
